Al sufrir una lesión medular por negligencia médica surge el derecho a reclamar una indemnización. Aunque estas indemnizaciones nunca sean capaces de restaurar el daño causado, lo cierto es que ayudarán a asumir los gastos derivados de la patología.
Por eso es recomendable reaccionar de inmediato, dejando el caso en manos de un especialista con experiencia demostrada en materia de reclamaciones por negligencias médicas.
¿Qué es una lesión medular?
La médula espinal es una estructura tubular nerviosa, albergada en la columna vertebral, que transmite información entre el encéfalo y el resto del organismo. Está encargada, por tanto, de transmitir señales nerviosas, destacando por sus funciones motoras y sensitivas y por regular los reflejos.
Las lesiones medulares, por tanto, generan graves problemas de movilidad y de control corporal. Se trata de trastornos habitualmente permanentes, que provocan parálisis, debilidad muscular, pérdida de funciones motoras y de control de órganos como la vejiga o el intestino.
Casos frecuentes de lesión medular por negligencia médica
Las lesiones medulares suelen provenir de traumatismos, infecciones o bloqueos del aporte sanguíneo. También pueden provocarse por fracturas o tumores, aunque en estos casos no solemos estar en el ámbito de la negligencia médica.
Algunos de los casos frecuentes de lesión medular por negligencia médica son:
- Fallos o retrasos en el diagnóstico. Recordemos que la negligencia médica puede darse no solo durante una intervención sino también en momentos previos. De modo que no detectar y prevenir riesgos para la médula espinal puede derivar en una lesión medular por negligencia médica. Algunos ejemplos frecuentes son:
- Diagnóstico tardío de un cáncer. El tumor puede comprimir la médula espinal provocando lesiones y complicaciones motoras y sensitivas, por lo que es fundamental detectarlo y tratarlo a tiempo.
- Retraso al diagnosticar el síndrome de cola de caballo. Se trata de una lesión que, al margen de sus factores de riesgo, puede derivar de una infección o una mala cirugía o anestesia espinal. Provoca dolores, adormecimiento en la entrepierna y dificultad para controlar esfínteres, caminar o tener una erección.
- Impericia en un proceso de infiltración o en la aplicación de anestesia epidural, que termina dañando la médula espinal.
- Errores sanitarios en cirugías donde está involucrada la columna vertebral, provocando compresiones que suponen lesiones permanentes.
- Seguimiento inadecuado de la evolución del estado del paciente o del tratamiento. Como ocurre en la fase de diagnóstico, también una vigilancia insuficiente puede suponer riesgos o lesiones que el paciente no está obligado a asumir.
Cómo reclamar la lesión medular por negligencia médica
Del mismo modo que ocurre con otras negligencias, la reclamación de una lesión medular por negligencia médica requiere un estudio detallado de cada caso. No existen guías puramente objetivas para demostrar la responsabilidad del equipo sanitario ni baremos para determinar la indemnización correspondiente.
Por eso es recomendable contar con la asistencia de profesionales con experiencia en la materia. Será fundamental el apoyo de un perito médico que pueda determinar el alcance de las secuelas y ayudar a demostrar la concurrencia de la mala praxis y el alejamiento de la lex artis.
Y, por supuesto, el éxito de la reclamación dependerá de que el equipo jurídico sea capaz de acreditar el nexo causal entre el procedimiento sanitario y la lesión y de valorar adecuadamente la indemnización correspondiente. De ahí la importancia de contactar con abogados especializados en la reclamación de negligencias sanitarias.