Un paciente falleció por una cardiopatía de evolución grave que no había sido tenida en cuenta. El preoperatorio no fue suficientemente riguroso como para poder detectarla.
Por ello se ha condenado al Servicio catalán de salud al pago de una indemnización de 200.000€ a la familia de la víctima, representada por Rafael Martín Bueno.
Hechos ocurridos
El paciente ingresó en el hospital para reparar una eventración, una mala cicatrización de una incisión, realizada dos años antes. Durante la operación se le mantuvo hemodinámicamente estable. Pero, tras cerrar la laparatomía, presentó hipotensión con midiriasis subcianosis esclavina. Finalmente falleció de una parada cardiorrespiratoria.
Entre los antecedentes clínicos del paciente constaba una cardiopatía. Además,había tenido un trasplante cardiaco.
Los datos arrojan que las exploraciones complementarias del paciente fueron dos años antes de la intervención. Además, no consta que se le hiciese ni ecocardiograma ni prueba de esfuerzo. De hecho, el examen preoperatorio que un perito calificó de «exhaustivo» fue el realidad únicamente un electrocardiograma y una radiografía de tórax.
Este estudio es claramente «insuficiente» ya que, además de la patología cardiaca, también tuvo lugar un rechazo celular agudo y vascular crónico. Por tanto, los sanitarios no valoraron suficientemente estos elementos
Por tanto, se considera a la Administración culpable de una negligencia médica. Ya que no se descubrió la dilatación ventricular del paciente porque el preoperatorio fue deficiente. Todo ello por no valorar correctamente un ecocardigrama y los niveles inmunodepresores antes de la intervención quirúrjica.
En la noticia
«A la vista de los informes periciales, el fallo, que admite las alegaciones de Rafael Martín Bueno,(…), afirma que “la evolución del paciente requería una especial atención antes de la intervención, que fue totalmente obviada, pues en su historial clínico no figura más examen que el referente a 2005”.»
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