La sanidad pública española sigue teniendo problemas, a pesar de la mejora existente en algunas áreas. La congestión de las urgencias, la escasez de profesionales sanitarios y la escasez de material son signos inequívocos del fracaso del sistema de salud actual.
Otra de los grandes problemas son las negligencias médicas en partos, que han incrementado como consecuencia de los retrasos al realizar una cesárea y otras prácticas que afectan a los recién nacidos. Solo en 2021, el Instituto Defensor del Paciente registró un total de 122 denuncias por bebés que nacieron con alguna discapacidad por negligencias médicas durante el parto.
Este año se presentaron algunos casos en las comunidades autónomas de España. Uno de los más recientes fue en Castilla-La Mancha, donde una niña sufrió daños durante el parto en el Hospital Gutiérrez Ortega de Valdepeñas.
Sin embargo, los dos casos más emblemáticos de negligencias médicas en partos fueron en las comunidades autónomas de Galicia y Andalucía. Ambas situaciones generaron un gran debate en la comunidad jurídica y en los medios de comunicación. Desde RMB Abogados, le explicaremos el contexto de cada uno de estos casos y qué repercusión tuvieron en la vía judicial.
Trauma físico y psicológico en parto por cesárea: La batalla judicial de Susana F. M.
El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer de la ONU (CEDAW, por sus siglas en inglés) emitió su primera resolución sobre violencia obstétrica. Con este dictamen se dio a conocer el caso de Susana F.M., una gallega que fue víctima de la negligencia del personal sanitario.
Susana dio a luz en un hospital del Servizo Galego de Saúde (SERGAS). Fue un parto rodeado de numerosas intervenciones sin que haya recibido explicaciones al respecto. En otras palabras, los médicos no solicitaron su consentimiento informado para realizarle una inducción prematura del parto. Como consecuencia, la denunciante sufrió un trauma físico y psicológico duradero.
Susana informó al Comité que acudió al hospital a las 38 semanas de gestación. El hospital no solo ignoró el periodo protocolario de espera de 24 horas, tampoco le proporcionó información sobre las alternativas existentes. Acto seguido, sometieron a Susana a múltiples tactos vaginales y a una cesárea sin justificación médica. Durante la operación estuvo con los brazos atados. Además, la cesárea fue realizada por un grupo de médicos internos residentes en formación.
Cuando nació su bebe, Susana no pudo tocarlo, pues aún tenía los brazos atados. Posteriormente, Susana acudió a su médico de atención primaria por síntomas de ansiedad y depresión. Allí fue diagnosticada con trastorno de estrés postraumático posparto.
Reclamación por trauma físico y psicológico en parto por cesárea
La gravedad del caso motivó una demanda ante el Juzgado de Santiago y luego al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. Sin embargo, durante el proceso judicial, la parte denunciante encontró estereotipos de género. En específico, los jueces afirmaron que el daño psicológico era una “una cuestión de percepción”. Como era de esperarse, la demanda fue desestimada.
Por último, acudió al Tribunal Constitucional, que no admitió el caso por no tener trascendencia constitucional.
Ante la indiferencia del sistema judicial español, Susana informó del caso al CEDAW. Este órgano consideró que la denunciante fue víctima de violencia obstétrica, un tipo de negligencia médica que sufren las mujeres en los centros de salud durante la atención al parto. Asimismo, el Comité instó a España a compensar económicamente por los daños físicos y psicológicos que le causaron.
“Si los médicos y las enfermeras hubieran seguido todos los estándares y protocolos aplicables, es probable que la víctima hubiera dado a luz de forma natural sin tener que pasar por todos estos procedimientos que la dejaron física y mentalmente traumatizada”, indicó Hiroko Akizuki, miembro del Comité.
La negligencia médica del Servicio Andaluz de Salud
En la semana de gestación número treinta y ocho, una mujer acudió a Urgencias del Hospital Virgen de la Victoria. Ese mismo día fue dada de alta, pese a tener fuertes contracciones.
Acudió al día siguiente, pues el dolor era insoportable. Sin embargo, tuvo que esperar cinco días para que los médicos adoptaran el protocolo de parto. Como consecuencia de la larga espera, su bebé tuvo un paro cardíaco y necesitó maniobras de reanimación, intubación y dosis de adrenalina. Estas intervenciones originaron secuelas, como tetraparesia, trastorno cerebral motor y otras discapacidades que requieren total dependencia de sus padres para el resto de su vida.
En la demanda, se relata la evidente negligencia médica durante el parto por parte del personal sanitario. Estos tuvieron que actuar desde el inicio de las contracciones, pues ya existía un compromiso fetal intrauterino que obligaba a realizar una cesárea de urgencia.
El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de Málaga estimó la demanda y condenó al Servicio Andaluz de Salud a abonar 2.683.022 euros, más intereses.
Como puede ver, las negligencias médicas en partos, causadas por la actuación deficiente de los encargados sanitarios, suelen ocasionar daños físicos y mentales. Si ha pasado por esto, en RMB Abogados contamos con un equipo de profesionales especializados en derecho civil. Nos encargamos de tramitar el procedimiento correspondiente y calcular una indemnización por daños y perjuicios. No dude en ponerse en contacto con nosotros, estamos para ayudarle.