En cuestiones de salud, la prevención es esencial. Cuando este aspecto falla, las consecuencias pueden resultar fatales para el paciente. Un claro ejemplo fue el caso de una mujer que sufrió una peritonitis fecaloide masiva tras haberle practicado por segunda vez una colonoscopia. Esta técnica causó la salida de contenido fecal a la cavidad peritoneal (por perforación de intestino). Según los argumentos de Rafael Martín Bueno que se recogían en la sentencia estaba contraindicada. Era «muy probable que durante la práctica de la primera se produjera la perforación intestinal, y consecuentemente la peritonitis fecaloidea». En definitiva, una muestra de ausencia de medidas preventivas y prácticas contraindicadas
El caso: ausencia de medidas preventivas y realización de prácticas contraindicadas
El Juzgado de Primera Instancia número 48 de Madrid indemnizó con 120.000 euros a la familia de la paciente que sufrió una peritonitis fecaloide masiva. El fallo estimaba que la asistencia médica que recibió la enferma fue incorrecta. Según el perito, la realización de esta prueba estaba en todo caso contraindicada. Existía un diagnóstico previo de diverticulitis (trastorno digestivo causado por pequeñas bolsas en la pared interna del intestino).
Durante la segunda colonoscopia que se le practicó a la paciente se produjo una aspiración bronquial del líquido fecaloideo. Según el perito, se debieron tomar una serie de medidas preventivas «que no se llevaron a cabo, como es la protección de la vía respiratoria con una intubación ortraqueal previa a la práctica de la colonoscopia de un enfermo crítico».
El dictamen pericial señaló también que el alta médica de la paciente tras el primer ingreso hospitalario fue precipitada, pues la mujer no podía toser con la fuerza necesaria para expulsar las secreciones bronquiales». Asimismo, indicó que «el cúmulo de éstas y la insuficiencia respiratoria es muy probable que fuera la causa de la muerte.
Hay que señalar que en este caso la clínica médica demandada se encontraba en situación de rebeldía. No compareció en el plazo señalado en la citación, por lo que no aportó ninguna prueba en el juicio. Para adoptar su decisión la juez tuvo en cuenta la prueba pericial de la familia de la paciente.