Había firmado un consentimiento informado sobre la anestesia que iban a aplicarle. Aun así en la puerta del quirófano le informaron de que podría utilizarse anestesia general. Finalmente esta fue la técnica utilizada, pero la mujer sufrió una parada cardiorespiratoria y actualmente se encuentra en estado vegetativo.
En esta noticia el medio ‘Diario Médico’ se hizo eco de un caso ganado por Rafael Martín Bueno en favor del marido de la víctima que recibió una indemnización de 781.727 euros.
Hechos ocurridos
La víctima se iba a someter a una sinovectomía de muñeca. Para ella prestó el consentimiento informado para una anestesia que afectase al miembro superior. Se había acordado este sistema varios días antes de la intervención.
Sin embargo, en el momento de la intervención esta se cambia por una anestesia general. A causa de esta, la mujer sufre una parada cardiorrespiratoria y, como consecuencia, se encuentra en estado vegetativo.
La paciente no fue informada de los peligros de este tipo de anestesia.
Aunque un médico afirmó que se le informó de que la técnica anestésica podía variar, no se le avisó de las contraindicaciones de la misma.
Por tanto, no se recogió un consentimiento expreso y, sobre todo, no se le dio a la paciente el tiempo suficientes para poder decidir libremente si consentía o no.
Además, se considera que la actuación del anestesista fue negligente. Ya que, la aplicación de la anestesia general era innecesaria y existían otras técnicas menos agresivas.
En la noticia
«Según el fallo, que recoge las argumentaciones de Rafael Martín Bueno, abogado del marido de la paciente, “esa falta de consentimiento previo y por escrito no ha quedado suplida posteriormente, toda vez que no existió ningún factor de riesgo inminente o urgencia que permitiese cambiar la técnica anestésica sin recabar el consentimiento por escrito y con suficiente antelación para que la paciente pueda libremente decidir si consiente o no la intervención”.»
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