Según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer, cada año se detectan en España 25.000 nuevos casos de cáncer de mama. Lo que se traduce en que 1 de cada 8 mujeres lo padecerá a lo largo de su vida. Es el tumor más frecuente y representa el 30% de los cánceres. Sobre todo en la población femenina entre los 35 y 80 años, aunque la población de mayor riesgo se sitúa entre los 45 y los 65. La incidencia de esta enfermedad aumenta cada año, en parte gracias a la detección precoz de la enfermedad.
Cáncer de mama
El cáncer de mama es una enfermedad grave en la que la detección precoz es fundamental en el tratamiento de la misma. Así, si es detectado en su etapa inicial, las posibilidades de curación llegan al 100%. Además, en la fase inicial de la enfermedad, los tratamientos son menos agresivos. Las secuelas tanto físicas como psicológicas son, por tanto, mucho menores.
La manera más habitual de detectar un tumor en esta zona, es por medio de una prueba médica: la mamografía. Esta técnica permite detectar lesiones hasta dos años antes de que el daño sea palpable. Incluso mucho antes de que sea profundo y haya afectado a zonas internas como ganglios u otros órganos.
Negligencias médicas en el cáncer de mama
Sin embargo, esta prueba no está exenta de errores de interpretación y negligencias. Representen un daño al paciente en dos vertientes: que el paciente tenga un tumor y el profesional desestime tal daño, o que el paciente no tenga tumor y lo interprete como tal sufriendo por ello tratamiento médicos innecesarios.
Aunque no son comunes, este tipo de situaciones se producen. Aquí un caso en el que una paciente sufrió una negligencia médica en este sentido. Tras realizarse diversas mamografías en un Consultorio Ginecológico, en las que había indicios de enfermedad, no se le practicó el tratamiento necesario. Tras acudir una Clínica y recibir nueva valoración, la paciente tuvo que ser sometida a un tratamiento mucho más agresivo, ya que la enfermedad se había extendido por su cuerpo, teniendo que ser sometida a quimioterapia y cirugía que la dejaron con graves secuelas en 2013. La sentencia fue ganada, recibiendo una compensación económica de 464.000 euros en concepto de daños.